miércoles, 26 de agosto de 2009

Mírame


Mírame
¿Me quieres?
Mírame
¿Te gusta lo que ves?
¿Me deseas?
Besar mis pechos,
Acariciar mis muslos,
Ahora obsérvame
¿Puedes ver lo que escondo?
¿Tu mirada puede ver
Mi alma de verdad?
¿Sabes quien soy?
Respóndeme
¿Me deseas aún?
Ahora que soy más que un cuerpo,
Que me transformo en
Una maraña de emociones
¿Aún te parezco apetitosa?
¿Aún lames tus labios
Al verme andar?
Mírame
¿Me quiere?
¿O tú también saldrás corriendo?

martes, 25 de agosto de 2009

Mi Pequeño Gigante


Pequeñas manos constructoras y llenas de paz,
diminutos pies que me muestran el camino,
una sonrisa que ilumina al universo
y la mirada más sabia que he visto en mi vida.
El pequeño gran gigante que me devolvió el alma
abrazándome y dándome abrigo entre sus brazitos,
con su cuerpecito pequeño protegiéndome de los demonios.
Cabellos negros y voz infinita, eterna,
un príncipe como ningún otro,
un ángel tal vez caído de un extraño cielo.
El bendito fruto de mi vientre,
el hijo que le ha dado vida a la madre,
mi hijo, tan infinito como el universo,
tan sagrado como todos los dioses y deidades antiguas,
mi hijo, el pequeño gran gigante,
mi hijo, la dulzura hecha carne.

domingo, 23 de agosto de 2009

Entre Mis Piernas


Que ganas de tenerte entre mis piernas,
Preso de mis deseos,
De tus ocultos miedos.
Que ganas de poseerte por completo,
De subyugarte bajo mi cuerpo,
Mis caricias,
Hacerte mi esclavo
De fantasías varias,
De deseos inconfesables y lujuriosos.
Cuantas ideas cruzan
Por mi mente al pensar en ti,
En tus seguras manos,
En tus fuertes brazos,
En tu cuerpo perfecto
Para mis aberraciones,
Para mis más recónditos
Sueños de sadismo.
Y entre mis piernas
Verte morir una y mil veces bajo mi cuerpo,
Bajo mis caprichos,
Mi respiración agitada
Siendo una con tu último aliento...
Como una niña jugar con tu excitación,
Con tus anhelos de poseerme,
De sentirme tuya,
Mientras yo te uso a mis
Antojos perversos de niña cruel,
De niña mimada y terrible,
Esperando hasta el último momento,
Hasta que grites desesperado
Y pidas por favor...
Que ganas de tenerte entre mis piernas
Mientras pienso todo esto,
Mientras me deleito imaginando
El momento en que caigas rendido
Gritando que solo eres mío,
Odiándote como al peor de tus enemigos,
Sintiendo repugnancia por ti mismo
Al no poder escapar
De mis juegos inhumanos,
Al no poder alejar mi aroma de tu piel,
El sabor de mis besos en tu boca,
Mi imagen lasciva
De tus más ocultos deseos malditos
Por ser mi victima eterna,
Mi más amado juguete de pasión...

jueves, 20 de agosto de 2009

Staker


Estoy tranquila, sin siquiera pensar en ti, de pronto en mi mp3 comienza a sonar tu voz, tu canción, tal vez la canción que hizo que te amara sin siquiera conocerte, algo se aprieta dentro de mi, mi vista se nuble y mis sentidos se confunden.
Mil punzadas atacan mi ser, no lo puedo evitar, deseo odiarte con todas mis fuerzas, mas solo te puedo amar, he intentado ser cruel, fingir que no reimportas, mentirme a mi misma diciendo que solo fue sexo (exquisito y bendito sexo), pero en el fondo sé que fue algo más, sé que fuiste tu, único y perfecto para mi, sé que fui yo por primera vez entregada, sé que fuimos los dos en sintonía.
¡Maldita canción! La comprendí de inmediato, la viví, la sentí, en cada poro, la hice mía y ella se apodero de, mi esa maldita canción fue la antesala al infierno que vivo en ese momento, al haber decidido vivir sin ti, maldita vida que te puso ante mi ahora que mi libertad esta mermada.
Con cada nota mi cabeza se inunda de algún recuerdo, de tus risas, tus miradas, de la seducción y sensualidad presente en cada instante a tu lado, es como una especie de autoflagelación emocional, pensar en ti, desearte con mi alma y con mi carne, sabiendo que no puedo tenerte, que mi vida no me pertenece, sabiendo que cada vez que pronuncio tu nombre algún castigo cae sobre mis hombros.
La verdad de mis emociones, la fuera con que gritan, claman, hace trisas mi alma, desde que tu no estas solo soy un cadáver andante, alguna vez en tus brazos me sentí como un tornado sin rumbo, sin tiempo y sin lugar, pero ahora soy nada, ya no existo, no tengo razón de ser ni estar, escucho tus canciones y algo intenta explotar, despertar dentro de mi, más recuerdo mi yugo y solo me queda llorar.
Hace algún tiempo dije que no escribiría más del amor que siento por ti, pero no puedo evitarlo, siento que si no lo saco reventaré y mis restos se pudrirán olvidados en algún rincón del suelo lodoso, moriré como una de las mujeres triste de mi albergue imaginario, algún día me casaré con el hombre perfecto para el mundo, pero no para mi, seré una buena esposa, dulce, amable, amargada, buena madre, sin alma, sin vida, pero por lo menos me habrá quedado la satisfacción de haber gritado alguna vez, de haber dicho un “Te Amo” verdadero, de haberme sentido estallar de amor.
Sé que parezco patética (tal vez lo soy) al seguir escribiendo de esto, pero necesito hacerlo para sentirme dueña de mi por lo menos una vez.

miércoles, 19 de agosto de 2009

Buen Viaje


El dolor de cabeza era insoportable, aún lo recuerdo, acababa de despertar con resaca en una casa que no era la mía y la verdad es que no recordaba muy bien de quien era. Me levante de donde estaba, tome mis cosas y camine hacia el comedor, los pasillos estaban repletos de basura, las habitaciones con sus puertas abiertas mostraban a los cuerpos que se habían jurado amor eterno por una noche y que ahora buscaban un buen escape. En mi camino encontré un cómodo sillón que me dio acogida un momento, frente a este se encontraba una hermosa mesita, una pieza única según mi gusto, sobre ella vi un pañuelo blanco, enfermantemente pulcro, lleno de pequeñas píldoras multicolor y algunos cubos como de azúcar de color azul.
La noche había sido tan extrema y desenfrenada que ya nada importaba, necesitaba borrar lo sucedido y qué mejor forma que un viaje tranquilo con pedacitos de estrellas. Tomé el pañuelo con su maldita pulcritud y me lleve dos cubos a la boca, el efecto no se hizo esperar, mi mente poco a poco comenzó a abrirse, las cosas ya no tenían aquellas formas reglamentarias, impuestas por un mundo cuadrado, plano, lentamente se me acerco alguien que no recuerdo, que no pude distinguir por que era solo esencia, se encontraba libre de aquellas formas tiranas, con una voz suave y dulce me dijo: “Una más y este puede ser un viaje eterno” la palabra eterno era repetida una y mil veces en mi cabeza, como si rebotara contra las paredes y cayera en mi, solo para volver a rebotar. La tentación era inmensa, estar por siempre conectada al alma del mundo era algo sin igual, lejos lo mejor que a un ente como yo le podía suceder en toda su tortuosa existencia.
Pasaron mil segundos junto a otros mil más, la pulcritud del pañuelo me cegaba, mis sentidos estaban más atentos y mis ojos podían ver más allá, el tercer cubo crecía y se hacia pequeño, se hinchaba, palpitaba, era vida y era muerte, era todo y era nada, lo tome en mi mano y lo sentí pesado, como una botella de whisky llena, mi mano se volvía liquida, se volvía de plasticina, de barro, arcilla y agua, decidí tomar el cuno, o se perdería en mi inconsistente extremidad.
Esta vez el efecto llego mucho más rápido que la anterior, ahora realmente era una con el universo, yo era solo esencia, mi mente estaba siendo despertada, podía ver la verdadera forma de todo, las rosas olían a mundo, a amor y paz, salía a la calle para saludar al resto de mis hermanos y poder compartir con ellos aquella sabiduría y felicidad que me había sido obsequiada por nuestros padres superiores. Un perro me hablo y me dijo que tenia que llegar al río y bañarme en el para poder estar completamente limpia, pura y digna para recibir el conocimiento que todas las cosas me brindarían.
La música… ¡cielos! En todos lados había música, todo componía la misma melodía, el mismo canto armonioso entonado por las almas conectadas, mis sentidos repasaban cada nota…
¡Boom! Un enorme dolor me atacaba, algo me quería hacer daño, la desesperación se apodero de mi, la música cambio, solo se oían a lo lejos tenues notas, acordes malditos, decadentes e hilarantes.
Miedo, tenia tanto miedo, el dolor no paraba, yo comenzaba a evaporarme, las formas se movían para todos lados, se transformaban en figuras humanas, pero en decadencia, perdidas en la nada, entes palpitantes y fatídicos, necesitados de amor, llenos de odio, rostros atemorizantes y miradas frías, vacías. El dolor no cesaba, me sentía ahogada y perdida, escuchaba carcajadas a mi alrededor, miradas atacantes, devoradoras y asesinas.
Presión sobre mi…algo no me dejaba respirar… todo giraba… risas burlescas, carcajadas obscenas, chillidos ensordecedores, llantos desesperados… ¡ayuda! ¡Ayuda! Por favor necesito ayuda ¡¡¡ayuda!!!
Despierto con un grito que nace en lo más profundo de mi ser acongojado, observo a mi alrededor, maquinas… tip, tip tip… todo blanco, tan pulcro como el pañuelo aquel, ese que recuerdo como si lo hubiese visto hace mil años. Miro frente a mi, soy yo la tendida en aquella cama, maquinas conectadas ami ayudándome a vivir, yo que fui una con el universo, respirando gracias a una maquina.
Me observo y estoy demacrada, mi pelo y mis uñas completamente descuidadas, no soy yo la que esta en esa cama, me niego a ser yo. Remesco a aquel cuerpo, le grito, lo golpeo ¡¡despierta!! ¡¡Despierta!! Lloro a su lado ¡¡por favor despierta!! ¡Abre los ojos solo un segundo y ve en lo que te has convertido! Me enfurezco y lo sigo golpeando, lo azoto contra la cama, lo observo, le grito en los oídos, le ruego, pero nada… tip, tip, tip… la maquina no deja de emitir aquel insoportable ruido… tip, tip, tip… ¿Cómo logro que aquel cuerpo despierte? Estoy a un paso de rendirme, no puedo soportar esto, quiero que acabe, por favor que alguien haga que acabe… tip, tip, tip…
“Una más y este puede ser un viaje eterno” no puede ser, por fin comprendo, nunca imagine que esto pudiera suceder, a mi no, yo estaba por encima del resto… “una más y este puede ser un viaje eterno” malditas palabras que no se hicieron respetar, ladito pañuelo tentador, maldita curiosidad, maldita vida sin vida…
Emprendí un viaje tan bueno, tan especial y único, recorrí tantos lugares, viaje por el infinito, fui una con el universo y ahora… ahora no recuerdo el camino de regreso a mi, no sé como despertarme, mi condena por querer ser un ser superior: ser solo una espectadora.
¡Eterno! ¡Eterno! ¡Eterno! ¡Eterno! Escucho en mi mente una y mil veces mientras estoy sentada a los pies de la cama, observándome, observando a lo que nunca volveré…

martes, 18 de agosto de 2009

Pianista


La recuerdo sentada frente a su piano, las lágrimas caían de sus ojos como una lluvia de diamantes, se sentía frustrada, derrotada por la vida, ya no podía tocar, las mágicas notas se escaparon de sus dedos, los acordes corrían presurosos lejos de su mente y ella solo podía llorar frente a su piano.
Yo la observaba desde la chimenea, su dolor me hería a mi, solo quería que ella fuese feliz mas fue mi amor el que alejo a las musas que danzaban a su alrededor regalándole la preciada inspiración, ella no lo decía, pero yo sabia que en el fondo de su corazón me culpaba de esa carencia de creatividad, de inspiración. Su mejor inspiración era el dolor, el sufrimiento de las almas solitarias y errantes, el sufrimiento de su propia alma que yo había borrado, me lleve el dolor de sus labios y con eso me lleve la hermosa música aterradora de sus manos.
Quería devolver todo aquello que le arrebate sin querer...
Deje mi copa de vino sobre la chimenea, me acerque a ella con paso lento, llegue a su lado, acaricie su mejilla y luego sin pensarlo la golpee, su mejilla se sonrojo de inmediato, me miro atónita con sus hermosos ojos azules cristalinos por las lagrimas, su mentón temblaba, la imagen era tan hermosa, ella encerrada en su dolor, en el pavor que le causaba mi acto, la abofetee de nuevo, esta vez en la otra mejilla, se puso la mano en la cara como si eso detuviera el dolor, se levanto en ademán de golpearme, pero la tire al piso y comencé a patearla como si fuera mi peor enemigo.
-¡¡Toca!!- le grite mientras la levantaba bruscamente y la sentaba frente al piano- ¡¡Toca como antes!! ¡¡Toca para mi!!
Ella se quedo ahí, sentada y solo podía llorar, no lo soporte, la abrace y la bese, le rogué que me disculpara, no soportaba la idea de que me odiara en silencio por haber alejado su amada música de ella, se lo dije y ella solo asintió con la cabeza.
-Tocare para ti hasta el día de tu muerte- dijo y luego me abrazo con fuerza y me beso de la misma forma.
Los días pasaron y yo era presa de la vergüenza por mi acto malsano, pero para ella era como si nada hubiera pasado, mas yo la sentía lejos de mi, como encerrada en una caja de cristal donde yo no podía penetrar. Me disculpe de mil formas y ella siempre dijo perdonarme, me besaba, hacíamos el amor, pero ella estaba como ausente en cada momento, solo sonreía como una muñeca...
Un día al acostarnos, cuando yo ya casi dormía sentí que ella se levanto de la cama, con el oído sentí el sonido de sus pasos, al salir de la habitación, bajar por la escalera y llegar al gran salón donde se encontraba el piano, de pronto, como por arte de magia las notas comenzaron a salir, me sentí tan feliz, me quede en silencio escuchando las hermosas notas que brotaban de lo más profundo de su corazón, pero llego un momento en que el sonido me aterro, las notas sonaban tenues, aterradoras, llenas de odio, de rabia, sentí miedo, ¿ella me odiaba? No lo sabía, solo sabía que ella estaba tocando y que mi corazón me decía que esas notas eran para mi. De pronto las notas cesaron, calme mi respiración y agudice el oído, ella cerraba el piano, subía lentamente los escalones y abría con mucha cautela la puerta de nuestra habitación, su figura era hermosa, tan delgada, tan pálida y su cabello intensamente negro, la luz de la noche la iluminaba y ella se veía hermosa en su largo camisón blanco que se ajustaba de forma perfecta a su figura, se metió lentamente a la cama y comenzó a besarme, sin darme cuenta nuestros cuerpos se entrelazaron e hicimos el amor con una pasión, con una lujuria que no veía presente desde hace mucho tiempo en su piel, esa noche fue maravillosa.
Durante tres noches se repitió lo mismo, sin quererlo sentía miedo, algo presentía en sus notas, en la forma en que los acordes entrelazaban sus emociones, en la forma desesperada en que me tomaba después de tocar, pero no me atrevía a decir nada, por fin sus ojos volvían a brillar como antes, con un pequeño toque de oscuridad en ellos, su cuerpo se transformaba cada vez más en la hoguera que era en un principio, tenia miedo, mas no la podía alertar ni muchos menos alejar de mi, ella era feliz y eso era lo único que importaba.
Un día al llegar del trabajo ella estaba en el piano, tocando de una forma maravillosa, las notas eran mucho más hermosas y aterradoras de lo normal, se veía hermosa en su corsé negro y su larga falda también negra, sus brazos se movían con una gracia única y sus largos dedos parecían solo rozar las teclas, el éxtasis me invadió y solo deseaba besarla, me acerque, la abrace por detrás y bese su hermoso cabello, ella dejo de tocar, se giro hacia mi y nos fundimos en un abrazo que parecía eterno...
Pero de pronto sentí que algo atravesaba mi estomago, el dolor era terrible, la mire a los ojos y ella sonrío, volvió a hundir el cuchillo en mi, la sangre corría como un río furioso, me apuñalo quince veces, me tendió junto a la chimenea, yo me desangraba, ella me beso y dijo...
-Tocare para ti hasta el día de tu muerte...

lunes, 17 de agosto de 2009

La Noche Fría...


La recuerdo hermosa, alta, pálida, de cabellos azabaches como la noche; la recuerdo con amor, con odio, como la criatura q más se ha entregado a mi amor.
¡Maldición! La recuerdo como no debería, la ame aquel momento, bebí de sus dulces senos cual pequeña criatura del seno de su madre, acaricie su piel... fría... bese sus labios delgados y los mordí jugando entre carcajadas apasionadas...
La hice mía una y mil veces, nos amamos y desatamos nuestro amor bajo la luna, bajo la fría noche, tan fría como su piel...
Luego la abrace, me aferré a ella como si fuera el puerto q siempre busque... la abrace y me dormí enredada a su cuerpo... ahí... sobre la tierra fría de su tumba...

sábado, 15 de agosto de 2009

Cicatrices



El deseo de sentir la sangre corriendo en el silencio, acariciando con gracia mis brazos mientras sigue con su camino lento y letal hasta el infinito, a veces extraño la inconciencia de saber q estoy muriendo por capítulos, saber q mi vida -no vida- depende solo de la fuerza con la q apriete el cuchillo contra mi piel.
Luego, al pasar de los días, observar como las heridas q un día me dieron tranquilidad van cicatrizando, se van cerrando y en ellas van guardando dolores nuevos, tristezas aún más profundas q las anteriores, las cuales, en un par de días, me obligaran a hacer cortes aún más profundos y más grandes, para sacar todo eso q se acumulo dentro de mi, todo aquel dolor q cada vez es peor.
Las cicatrices son el recuerdo q me queda de todo aquel dolor q existió algún día, de todo ese tortuoso sentir q me hizo presa, q me ataco y me violo sin piedad, q agredió mi ser, mi alma, q se burlo de mi como persona, como ser con sentimientos... y las ganas de volver a acariciar mi cuerpo con cuchillos vuelve cada día con más fuerzas...
Ya llevo mucho tiempo evitándolo y no sé cuanto más seré capaz de tolerar, a veces siento q necesito nuevamente ver la sangre brotando de mi cuerpo, como una especie de ritual de limpieza, de purificación, hacer salir lo malo, lo viciado, lo podrido por el mundo y por las personas, y quedar libre de todo aquello, quedar aliviada -como antes- aunque sea solo por un tiempo del dolor q se a posado sobre mi espalda, q se a agarrado de mi con sus garras sucias, infectadas y q se niega a morir, q se niega a alejarse de mi, pues yo soy su mejor alimento, su sabor favorito...
La muerte me llama a cada segundo, me muestra su cara más bella: la inconsciencia; me jura q a su lado ya no habrá más sufrimiento, ni vergüenza, ni angustia, no existirán las lagrimas ni la necesidad de parecer fuerte todo el tiempo. Me alienta a subir por aquella colina, a irme junto a ella, a aquel lugar q nadie más puede ver a menos q la acepte como eterna amante; me dice q en aquel lugar podré danzar libre, observar mi cuerpo desnudo, libre ya de todas las marcas, libre de toda la miseria q alguna vez sembraron en el.
Sangre... Mi Sangre, con eso sueño en las noches, mi sangre corriendo, mi cuerpo tirado sobre ella, las lagrimas rodando por mis mejillas y mis ojos cerrándose para siempre a mi eterno descanso, donde ya no existirán recuerdos, ya no existirán dolores ni míseros lamentos...

miércoles, 12 de agosto de 2009

Mi Querido Imputado


Bueno, hoy debe ser un gran día, hoy es el cumpleaños nº 30(creo) de Mi Querido Imputado…
Uf, son millones las cosas que tengo para decir de Ud. Mi Querido Imputado, para empezar que desde que aparecio en mi vida muchas cosas cambiaron, mi visión se amplio mucho más con respecto al mundo, a la vida, la sociedad y otras cosas varias…
La verdad Mi Querido Imputado es que este corto tiempo le he tomado cariño, me gusta oírlo hablar entre cigarros y malta, recorrer sucuchos olvidados, mal mirados, a Ud. mi querido amigo le debo los hermosos tangos que hacen más gratos mis días, aunque estos días me ha tenido un tanto olvidada el gran cariño sigue, no importa que un juez o una señorita se haga presente, no estoy dispuesta a renunciar a esta amistad que cada día es más grata.
Y bueno Mi Querido Imputado, no sé que más decir en su honor, solo que es Ud. Una persona increíble, me ha dado fuerzas sin darse cuenta, gracias a Ud. Puedo entender un poco más al pequeño Cisarro y a varios entes más de nuestra extraña sociedad… ahora me largo, escuchando a Gardel, “Fumando Espero” amo esa canción, jajaja… y así espero nos veamos pronto, por que realmente lo extraño…
Feliz cumpleaños Mi Querido Imputado, pronto celebraremos a destajo este día tan especial, acompañados tal vez de aquellos vapores que nos hagan ver más allá, mire mi estimado que Ud. Ya logro tentarme con aquellas exquisitas invitaciones…

sábado, 8 de agosto de 2009

Te Estrechare


En mis brazos yo te estrechare,
te dejare sin respiración,
te ahogare con caricias
y te asfixiaré con mis besos.

Lentamente pondré fin
a tu vida hermosa,
con mi amor insano,
con mi locura destructiva.

No dejare q te vayas,
esta vez no escaparas,
sé q tu me amas,
sé q morirás por mi.

Hermoso cuadro aquel,
tu mirada atemorizada,
tus ganas de morir
mientras te tomo.

Gritare en tu cara,
gritare mientras te asfixio,
diré q te acompañare en la muerte,
diré q te amo...

Te estrechare hasta morir,
hasta caer rendida junto a tu cuerpo,
moriré por amor,
moriré...

Te estrechare y llorare,
acompáñame en este viaje,
muere en mis manos...
q yo moriré en tu recuerdo...

miércoles, 5 de agosto de 2009

No tengo tiempo


“El amor se ha vuelto un objeto esquivo” como dice Marcela Serrano al comenzar “El Albergue de las Mujeres Tristes”. Por mi propia experiencia y por el entorno en el cual me muevo me doy cuenta de que es demasiado cierta, el amor es algo que nos daña, que nos apresa y nos deja sin consuelo, al pasar de los años el amor nos abandona, se aleja por completo y nos deja solas con la costumbre, la cama ya se ha transformado solo en un mueble, ya es solo para dormir y no para deleitarse entre los placeres del alma y de la carne, el amor nos abandono y nos dejo a merced de la rutina.
A ratos pienso en lo hastiada que estoy de hablar de amor, es un tema que ya me ahoga, cada vez que sale a la palestra me siento tan patética, sufro por amor, lloro por su ausencia, me torturo por dejarlo ir, mas sé muy bien que en estos momentos no tengo tiempo para el amor.
Hoy me he decidido, dejaré de hablar de amor, no tengo tiempo para el amor definitivamente, tengo que concentrarme en juntar plata para estudiar el próximo año, concentrarme en mi pequeño fruto, en mi familia, necesito tiempo para reforzar aquellas áreas en las cuales flaqueo, para llenar mi cerebro y acallar mi corazón.
Definitivamente no tengo tiempo para el amor, tal vez me de un par de revolcones de vez en cuando, una cosita poca para hacer feliz al cuerpo, para que el pelaje no se ponga opaco como dicen, pero nada de amor, los sentimientos lo complican todo y ya tengo muchos problemas por resolver como para echarme más encima.
Así que no, definitivamente no tengo tiempo para el amor.