martes, 25 de agosto de 2009

Mi Pequeño Gigante


Pequeñas manos constructoras y llenas de paz,
diminutos pies que me muestran el camino,
una sonrisa que ilumina al universo
y la mirada más sabia que he visto en mi vida.
El pequeño gran gigante que me devolvió el alma
abrazándome y dándome abrigo entre sus brazitos,
con su cuerpecito pequeño protegiéndome de los demonios.
Cabellos negros y voz infinita, eterna,
un príncipe como ningún otro,
un ángel tal vez caído de un extraño cielo.
El bendito fruto de mi vientre,
el hijo que le ha dado vida a la madre,
mi hijo, tan infinito como el universo,
tan sagrado como todos los dioses y deidades antiguas,
mi hijo, el pequeño gran gigante,
mi hijo, la dulzura hecha carne.

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