sábado, 15 de agosto de 2009

Cicatrices



El deseo de sentir la sangre corriendo en el silencio, acariciando con gracia mis brazos mientras sigue con su camino lento y letal hasta el infinito, a veces extraño la inconciencia de saber q estoy muriendo por capítulos, saber q mi vida -no vida- depende solo de la fuerza con la q apriete el cuchillo contra mi piel.
Luego, al pasar de los días, observar como las heridas q un día me dieron tranquilidad van cicatrizando, se van cerrando y en ellas van guardando dolores nuevos, tristezas aún más profundas q las anteriores, las cuales, en un par de días, me obligaran a hacer cortes aún más profundos y más grandes, para sacar todo eso q se acumulo dentro de mi, todo aquel dolor q cada vez es peor.
Las cicatrices son el recuerdo q me queda de todo aquel dolor q existió algún día, de todo ese tortuoso sentir q me hizo presa, q me ataco y me violo sin piedad, q agredió mi ser, mi alma, q se burlo de mi como persona, como ser con sentimientos... y las ganas de volver a acariciar mi cuerpo con cuchillos vuelve cada día con más fuerzas...
Ya llevo mucho tiempo evitándolo y no sé cuanto más seré capaz de tolerar, a veces siento q necesito nuevamente ver la sangre brotando de mi cuerpo, como una especie de ritual de limpieza, de purificación, hacer salir lo malo, lo viciado, lo podrido por el mundo y por las personas, y quedar libre de todo aquello, quedar aliviada -como antes- aunque sea solo por un tiempo del dolor q se a posado sobre mi espalda, q se a agarrado de mi con sus garras sucias, infectadas y q se niega a morir, q se niega a alejarse de mi, pues yo soy su mejor alimento, su sabor favorito...
La muerte me llama a cada segundo, me muestra su cara más bella: la inconsciencia; me jura q a su lado ya no habrá más sufrimiento, ni vergüenza, ni angustia, no existirán las lagrimas ni la necesidad de parecer fuerte todo el tiempo. Me alienta a subir por aquella colina, a irme junto a ella, a aquel lugar q nadie más puede ver a menos q la acepte como eterna amante; me dice q en aquel lugar podré danzar libre, observar mi cuerpo desnudo, libre ya de todas las marcas, libre de toda la miseria q alguna vez sembraron en el.
Sangre... Mi Sangre, con eso sueño en las noches, mi sangre corriendo, mi cuerpo tirado sobre ella, las lagrimas rodando por mis mejillas y mis ojos cerrándose para siempre a mi eterno descanso, donde ya no existirán recuerdos, ya no existirán dolores ni míseros lamentos...

2 comentarios:

Anonymous Un Pinguino en el Tejado ha dicho...

Mientras haya combustible, escribe
mientras haya vida, busca otro amor

16 de agosto de 2009, 0:54  
Anonymous Anónimo ha dicho...

jijijijijijijijijiji

17 de agosto de 2009, 0:32  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio