martes, 5 de enero de 2010

Un Simple Adiós




Hundida en mi soledad quise caer en la nada,
Consumir mi ser bajo el dolor que me acompaña,
Las salidas eran cada vez más lejanas,
La oscuridad gobernaba mi entorno
Y mis gritos eran mudos en cavernas infernales.


Quise llorar un segundo arrodillada,
Quise llorar pues ya no me quedaba alternativa,
Me sentía tan vacía, tan sola en medio del mundo,
Mi piel estaba fría y mi cuerpo inmóvil
Sobre el suelo lodoso y putrefacto de aquel lugar.


Las lágrimas surcaban extraños caminos por mi rostro
Y sus palabras resonaban en mi mente
Repetidas veces como mil puñaladas,
Nada podía hacerme salir de aquel lúgubre estado,
Ya no existía salvación para mi después de conocer aquello.


Aún recuerdo el primer golpe asesino que me otorgo,
Y el dolor comenzó a hacerse presente en gloria y majestad,
Sola ya en aquel lugar quise gritar,
Pero mi coz ya no existía, pero mi coz había sido consumida
Por todas las palabras de amor que le regale
Antes de que me asesinara con un simple adiós.


Escrito el Domingo 17 de Abril de 2005

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