martes, 7 de julio de 2009

El Pecado


El pecado besa mis labios, me entrego sin dudar, solo cierro los ojos y me lanzo, no me preocupo de lo que vendrá, el pecado ha besado mis labios y no siento deseos de escapar.
Me miro reflejada en los ojos del pecado y por primera vez veo al ser que realmente soy, puedo hablar y admitir que estoy confundida, frente al pecado puedo ser la niña temerosa, la niña que lentamente se aleja de su prisión de cristal.
Cierro los ojos y dejo que el pecado me abrace, sus brazos cálidos forjados en el infierno son mi salvación, su sonrisa perfecta me asegura que todo estará bien, que el pecado me salvará de todos aquellos ángeles que me quieren apedrear.
Y esta vez no estoy arrepentida, esta vez soy capaz de abrazar mi libertad, el pecado es el único capaz de verme libre, imperfecta y hermosa, me insita a redescubrir aquellas partes de mi que alguna vez perdí, me insita a revelarme según mis tiempos, me insita a mi misma a escoger el camino a seguir, es la única forma en que las cadenas se cortaran.
Es el pecado el único que realmente me ve, es el pecado el único en quien puedo confiar.

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