martes, 21 de septiembre de 2010

Era Perfecta


No comprendo como llegamos a esto, solo sentí su mano acariciar mi cintura con la misma delicadeza que su voz susurraba el hechizo en mi alma.
Caí rendida ante ella, tan perfecta que daba asco. Se apodero completamente de mi, tomo mi vida en sus manos y mi alma en sus labios, sorbo a sorbo bebió mis deseos haciendo sus deseos realidad.
Me permitió soñar, amar y odiar, mientras mi voluntad se perdía en su sonrisa. ¡¡Era perfecta!! La odie por eso, su voz era armonía, su piel seda, su boca... su boca era una maldita droga. Pensé en matarla, liquidarla, eliminar su rastro de mi piel, peor no podía, su mirada me atrapaba y me volvía una vez más su esclava.
Hizo y deshizo en mi vida, tomo lo que se le antojo, yo le pertenecía, pero jamás ella me perteneció ¡¡yo sufría!! Pero jamás le importo, dejaba llagas en mi piel con sus malditas caricias, la dulce hiel de sus labios envenenaba mi alma.
Ella mato mis sueños, mato mi amor ¡¡pero no me mataba a mi!! Se regocijaba con mi dolor, con mi sufrimiento, me dañaba, me hería, pero no me mataba... ni me amaba...
Pensé mil veces en matarla, hundir la daga en su pecho y bañar mi alma en su sangre, pero no podía ¡¡yo le pertenecía!! Yo era parte de ella, ella era mi dueña, ella era perfecta...

Solo podía pensar en su perfección, no sentía el dolor, la daga era como una suave pluma en mi piel. Pensaba en sus ojos cuando los míos se cerraban, pensaba en su boca cuando la mía quedaba inerte, pensaba en sus besos cuando la sangre corría, penaba en su perfección mientras yo moría...


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